Cultivemos sentimientos como la piedad. Dios es un dios de piedad, de perdón y de restauración. No participemos de ataques y destrucción de personas, nos convertimos en participes activos de mancillar la reputación del otro. Dios nos muestra que en vez de destruir, debemos orar por esa persona. Clamemos para que sea el Espíritu Santo el que cambie los aspectos negativos de esa persona. Cultivemos la piedad.
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ENAMORADOS DE JESUS
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