Cuidar nuestro corazón no es poner barreras para no ser dañados, no es evitar entregarnos completamente a las cosas que Dios nos llama! No tengamos miedo y en ese miedo dejamos de hacer las cosas que Dios quiere. Cuidar nuestro corazón es inyectar a Cristo y a su Espíritu Santo en él para que sea ÉL quien cuide de nuestro corazón. Alimentémoslo con la relación permanente con Dios.
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ENAMORADOS DE JESUS
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