Cuidemos nuestro corazón, pues de él debe fluir el amor de Dios. Llenémoslo de la presencia hermosa de Jesús para que cada latido sea el suyo. Cuidemos nuestro corazón porque de él emana la vida, de ahí sale el amor y la bendición o también si está descuidado puede salir la maldición.
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ENAMORADOS DE JESUS
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