No importa cual es el pecado, pide perdón. Él restaura y cambia corazones. Tomemos la gran oportunidad que nos da Jesús en la cruz, recibamos su perdón, su restauración, confiemos en Él. Y a partir de ese perdón sigamos por nuevos caminos, con vidas entregadas totalmente a Él.
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ENAMORADOS DE JESUS
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